Fauna y Flora

miércoles, 27 de abril de 2011

Invertebrados marinos de La Palma (2)

Cambiando de tercio, pasamos a considerar lo que podríamos llamar falsas plantas (en realidad se trata de animales de engañosa apariencia estática). La ortiguilla de mar (Anemonia sulcata), cuyo nombre subraya la confusión, es una anémona que despliega hasta 150 tentáculos pardo-verdosos, con las puntas de color rosado. Algo más llamativa, y la mayor en su género, es la Telmatactis cricoides , cuyos tonos pardo-anaranjados o fucsia-blanquecinos se ocultan entre cuevas y oquedades. En otro género totalmente distinto, el amarillo es el color de la Lophogorgia viminalis, que puede arrogarse el derecho a ser considerada como la más espectacular de las gorgonias. Y amarilla es también la Verongia aerophoba , digno representante de las esponjas en aguas canarias.
Finalmente, flotando a ras de superficie, destacamos dos especies de medusas. La fragata portuguesa (Physalia physalis) debe su nombre a su capacidad para desplegar una especie de vela que aprovecha para hacerse desplazar por el viento. Al igual que la espectacular medusa luminiscente (Pelagia noctiluca) , que brilla por la noche y tras las estelas de los barcos), se trata de una especie urticante. Claro que la irritación que producen es poca en comparación con la causada por el inclasificable gusano de fuego (Hermodice carunculata). Esta última es una especie tan espectacular como peligrosa, ya que su llamativa piel roja está salpicada de cerdas venenosas cuyo contacto con la piel es extremadamente doloroso. Afortunadamente se trata de un accidente muy poco común, ya que llega a vivir a cien metros de profundidad.

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