Fauna y Flora

miércoles, 27 de abril de 2011

Invertebrados marinos de La Palma (2)

Cambiando de tercio, pasamos a considerar lo que podríamos llamar falsas plantas (en realidad se trata de animales de engañosa apariencia estática). La ortiguilla de mar (Anemonia sulcata), cuyo nombre subraya la confusión, es una anémona que despliega hasta 150 tentáculos pardo-verdosos, con las puntas de color rosado. Algo más llamativa, y la mayor en su género, es la Telmatactis cricoides , cuyos tonos pardo-anaranjados o fucsia-blanquecinos se ocultan entre cuevas y oquedades. En otro género totalmente distinto, el amarillo es el color de la Lophogorgia viminalis, que puede arrogarse el derecho a ser considerada como la más espectacular de las gorgonias. Y amarilla es también la Verongia aerophoba , digno representante de las esponjas en aguas canarias.
Finalmente, flotando a ras de superficie, destacamos dos especies de medusas. La fragata portuguesa (Physalia physalis) debe su nombre a su capacidad para desplegar una especie de vela que aprovecha para hacerse desplazar por el viento. Al igual que la espectacular medusa luminiscente (Pelagia noctiluca) , que brilla por la noche y tras las estelas de los barcos), se trata de una especie urticante. Claro que la irritación que producen es poca en comparación con la causada por el inclasificable gusano de fuego (Hermodice carunculata). Esta última es una especie tan espectacular como peligrosa, ya que su llamativa piel roja está salpicada de cerdas venenosas cuyo contacto con la piel es extremadamente doloroso. Afortunadamente se trata de un accidente muy poco común, ya que llega a vivir a cien metros de profundidad.

Invertebrados marinos de La Palma

INVERTEBRADOS
Antes de sumergirnos, quizá podamos echar un vistazo a algunos de los moluscos que ocupan la franja intermareal: burgados (Osilinus atratus), chirrimirris (Littorina striata) y lapas (Patella ssp.). Todas tienen un indiscutible interés gastronómico, aunque la sobreexplotación sufrida por algunas especies ha llevado al establecimiento de medidas de control, cuando no de prohibición, sobre su marisqueo. Un poco más abajo, en la zona sublitoral (la parte de la costa que queda siempre sumergida), es frecuente encontrar blanquizales . Estas áreas descoloridas son el producto de la voracidad del erizo de Lima (Diadema antillarum) una especie introducida contra la que luchan algas e invertebrados locales.
Si seguimos progresando en la vertical (hasta los 10 metros de profundidad) podemos encontrar ejemplares de la almeja canaria o Haliotis canariensis, cuya peculiar forma le ha ganado el sobrenombre de oreja de mar . La línea de orificios que adorna su concha es en realidad un mecanismo de emergencia, que le permite expulsar agua y agarrarse mejor a la roca en situaciones de peligro. En profundidades aún mayores se mueven la peineta (Pinna rudis, fácil de reconocer gracias a su nombre) y la muy peculiar porcelana (Luria lurida, de pulidísima concha pardo-anaranjada).

Vertebrados marinos de La Palma (2)

En cuanto a los peces de esqueleto cartilaginoso, empezaremos por nombrar al chucho negro (Taeniura grabata). De aspecto similar a un lenguado, aunque mucho mayor, pasa la mayor parte del tiempo enterrado en fondos de arena y fango. A pesar de su aspecto imponente, se trata de un animal sedentario, independiente y pacífico, que se alimenta exclusivamente de peces, crustáceos o mariscos. Tiene que verse muy acosado para hacer uso del aguijón venenoso en el que termina su cola. También cartilaginoso es el cazón (Mustelus mustelus) único tiburón presente en Canarias. A pesar de su amenazante silueta, resulta inofensivo para los humanos y se alimenta preferentemente de peces, cangrejos y moluscos.
Para terminar, seguimos en el terreno de los predadores con el afiladísimo pez trompeta (Aulostomus strigosus), que puede llegar a medir un metro y caza pequeños pececillos por succión. Resulta fácil de imaginar que, con semejante forma, se ha especializado en vivir entre las grietas, donde espera emboscado una oportunidad para atacar. Es un pez muy asustadizo, que tiende a parapetarse en cuevas o a buscar la protección de nuestro siguiente protagonista. Y por fin el emperador de los mares canarios, la pieza más codiciada por los pescadores: El mero (Epinephelus marginatus) puede llegar a alcanzar el metro y medio de largo y sobrepasa con facilidad los 20 kilos de peso. Además de por su gran valor culinario, destaca por su comportamiento territorial, solitario y sedentario. Desafortunadamente, la sobrepesca ha llevado a este magnífico animal al borde de la extinción en Canarias.
Fuera ya del reino de los peces, no podemos cerrar este capítulo sin mencionar a la entrañable tortuga boba (Caretta caretta). Es la visitante más frecuente de La Palma en su género, aunque sólo recala en nuestras costas de paso hacia sus lugares de desova en Cabo Verde. Se distingue por los cinco escudos dorsales de su caparazón, de tono marrón-anaranjado. Aunque su dieta varía según el tamaño, en general es un animal carnívoro, que utiliza sus fuertes mandíbulas para atrapar moluscos, cangrejos, peces y medusas. El Lugar de Interés Comunitario (LIC) de Fuencaliente obtuvo su declaración por su interés para la conservación de la tortuga boba, así como del mamífero con el que cerramos nuestro capítulo dedicado a la fauna marina. Naturalmente estamos hablando del delfín mular (Tursuips Tursiups). Juguetón y de hábitos costeros, mide alrededor de tres metros y medio y no es infrecuente encontrárselo al realizar actividades acuáticas.

Vertebrados marinos de La Palma

VERTEBRADOS
Uno de los peces más peculiares, pero también más difíciles de ver, es el caballito de mar. Hasta tal punto de que son pocos los que han logrado ver uno en libertad y menos aún los que están dispuestos a creerse que efectivamente sea un pez. El Hippocampus ramulosus, representante del género en La Palma , vive oculto entre las praderas de fanerógamas y algas marinas, bien camuflado gracias a la tonalidad de su piel y a sus apenas diez centímetros de largo. Es una especie que practica una paternidad responsable, ya que es el macho el que recibe los huevos de la hembra y se encarga de incubarlos hasta la eclosión.
Algo más clásica y desde luego mucho más llamativa es la silueta del pejeverde. Con sus colores chillones (verdes, rojos, azules y amarillos), el Thalassoma pavo pasa por ser una de las especies más abundantes de los fondos palmeros. Habita todo tipo de ambientes y no suele sobrepasar los 20 centímetros de largo. Si alguien puede discutirle su popularidad es acaso la vieja o Sparisoma cretense , otra de las especies emblemáticas de Canarias y muy apreciada por su valor culinario. Posee una mandíbula poderosa, similar al pico de un loro, que usa para ramonear las algas de los fondos rocosos en los que vive. Fundamentalmente herbívora es también la salema o Sarpa salpa , que suele moverse cerca de la orilla en bancos de hasta 50 individuos. El seifio o mojarra (Diplodus vulgaris) resulta otro gregario inconfundible, al que delata su perfil plateado con dos manchas oscuras transversales.
De un comportamiento totalmente opuesto es la cabrilla (Serranus atricauda), totalmente carnívora y que gusta de la soledad. Mide casi el doble que nuestro siguiente protagonista, de aspecto bastante menos agresivo. El macho del romero (Centrolabrus trutta) es conocido por su capacidad para construir grandes nidos con piedras y fragmentos de algas, donde acude la hembra para fijar sus huevos.

Fauna marina de La Palma

Invertebrados de La Palma

INVERTEBRADOS
Se calcula que el 90% de la biodiversidad canaria se sustenta en especies invertebradas (y algo más de la mitad son endémicas del Archipiélago). La abundancia de microclimas y el propio carácter insular han favorecido esta asombrosa diferenciación de especies, que se han especializado en ocupar nichos ecológicos muy concretos. Dicho de otra forma, hay muchas especies distintas, pero cada una de ellas tiende a vivir en un área extremadamente reducida y por lo tanto su supervivencia no está en absoluto garantizada. Y sin embargo siguen siendo los grandes desconocidos.
Uno de los ejemplos más significativos en La Palma es el saltamontes Acrostira euphorbiae, que sólo vive en los tabaibales del Paisaje Protegido de El Remo. Descrito a principios de los años 90 y considerado en peligro de extinción, demuestra a la perfección la comentada paradoja. Otros ejemplos extremos los encontramos en la fauna cavernícola de la isla, tan sumamente especializada que el total de la población vive en apenas unos cientos de metros (pensemos en el escarabajo Medon feloi o en la Aptilotus martini , una mosca de alas atrofiadas presente en el Tubo volcánico de Todoque).
Por supuesto también hay otras especies mejor distribuidas. Entre los escarabajos, merece especial atención el Bruprestis bertheloti , especializado en aprovechar la madera cortada de nuestros pinares; entre las abejas, la Eucera gracilipes (endémica de La Palma) y entre los carnívoros, la voraz mantis Pseudoyersinia canariensis y la libélula Promachus palmensis.
Señalamos por último la exquisita belleza de las mariposas endémicas de la isla. La Gonopteryx palmae , de llamativo color amarillo-anaranjado, vive en los bosques de laurisilva, donde sus orugas se alimentan de sanguinos y espineros. La Pieris cheiranthi benchoavensis , de tonos blanquecinos y manchas oscuras según los sexos, alterna entre este tipo de bosque y los cultivos de medianías. La Vanessa vulcania , endemismo macaronésico con predilección por las ortigas, llama la atención por sus estridentes alas rojas, salpicadas de manchas negras y blancas. Y entre los visitantes destacamos finalmente la conocida mariposa monarca (Danaus plexxipus), de alas anaranjadas con venas negras. Fácil de ver en cualquier jardín, se trata de una migrante norteamericana a la que el azar y la meteorología suelen traer a menudo a nuestras islas.

Reptiles de La Palma

REPTILES

El lagarto tizón de La Palma (Gallotia galloti palmae) ejemplifica a la perfección la engañosa simplicidad de nuestra fauna. De apariencia vulgar, este endemismo palmero es en realidad una pieza clave del ecosistema insular, imprescindible por ejemplo en la supervivencia de casi todas las aves rapaces y carroñeras. Oportunista por excelencia, habita todo tipo de ambientes, desde el nivel del mar hasta las cumbres más altas, aunque prefiere las zonas de cultivo con un alto grado de insolación. Los machos adultos desarrollan una llamativa mancha azulada en la parte inferior del cuello, lo que justifica su popular nombre de barba azules.
El segundo gran representante del grupo es la salamandra o perenquén (Tarentola delalandii), cuya distribución en Canarias se limita a las islas de La Palma y Tenerife. Se trata de un abundante insectívoro, de la familia de los geckos y cuya distribución preferente se encuentra por debajo de los 500 metros de altura. Convive razonablemente bien con los asentamientos humanos, aunque se ha comprobado que la progresiva urbanización de las costas juega en su contra. Finalmente, a falta de cualquier tipo de serpientes, cerramos este apartado con dos especies de ranas: Hyla arborea (ranita de San Antonio) e Hyla meridionalis (ranita meridional, considerada especie invasora). Ambas viven en los ambientes húmedos de la isla. Es frecuente observarla en acequias, tanques y barrancos, sobre todo en la mitad septentrional. No obstante, para disgusto de los vecinos, se hace notar sobre todo por la noche.

Aves de La Palma

AVES
El ave palmera por excelencia es la graja (Pyrrhocorax pyrrhocorax barbarus, subespecie de la chova piquirroja peninsular). Acrobática y comunicativa, sus graznidos pueden oírse en casi cualquier rincón de la isla, aunque prefiere las zonas de cultivo. Se ha comprobado que en el pasado colonizó también otras islas, pero en la actualidad sólo sobrevive en La Palma. Algo más distribuida está la aguililla (Buteo buteo insularum, subespecie del ratonero común). Con más de medio metro de envergadura, es la mayor de nuestras rapaces. Este grupo lo completan el abundante cernícalo (Falco tinnunculus canariensis) y el gavilán (Accipiter nisus, un elegante ornitófago que rara vez abandona los bosques). Por la noche actúan también el búho chico o coruja (Asio otus) y la lechuza común (Tyto alba).
Entre los pájaros de menor tamaño, empezaremos por destacar al canario, símbolo de nuestra región. La sonoridad del Serinus canarius ha condenado a la cautividad a sus primos domésticos, aunque cualquiera que haya tenido la suerte de oírlo en estado salvaje coincidirá en que le sienta bien la libertad. Habita las zonas de medianías, en bandadas mixtas que incluyen ejemplares de pardillo (Carduelis cannabina). En espacios abiertos, es posible observar también las tres especies de currucas (cabecinegra, capirotada y tomillera), el mosquitero canario (Phylloscopus canariensis) y el más escaso jilguero (Carduelis carduelis). Mientras, en los bosques, el protagonismo favorece a las subespecies palmeras del pinzón ( Fringilla coelebs palmae ) y el herrerillo (Parus caeruleus palmensis), que comparten vecindad con el petirrojo (Erithacus rubecula), el mirlo (Turdus merula cabrerae) y el reyezuelo (Regulus teneriffae).
Finalmente, aunque desde luego no menos importante, en La Palma encontramos también dos de las poblaciones más representativas de las dos especies de palomas de la laurisilva. La rabiche (Columba junoniae) y la turqué (Columba bollii), están bastante amenazadas por las alteraciones en su hábitat, aunque en La Palma la situación es relativamente favorable con respecto a otras islas. Ambas comparten hábitat de nidificación con la pardela pichoneta (Puffinus puffinus) que es sin embargo una de nuestras aves marinas más significativas (junto con la pardela cenicienta, la gaviota patiamarilla, el paíño común o el petrel de Bulwer).

Fauna terrestre de La Palma

 

Mamíferos


Los únicos mamíferos endémicos tienen alas, son nocturnos y soportan una leyenda negra absolutamente inmerecida. El murciélago de Madeira (Pipistrellus maderiensis) y el orejudo canario (Plecotus teneriffae) son los dos principales representantes de un orden que no tiene nada que ver con los chupasangres de Transilvania.
Ambos son insectívoros y encontrárselos es más una suerte que una señal de malos augurios (soportan muy mal la contaminación, por lo que su presencia es síntoma de un ecosistema limpio). El resto de mamíferos son introducidos y en líneas generales han traído más problemas que beneficios. Es el caso del conejo (Oryctolagus cuniculus), de la rata negra (Rattus rattus), del ratón común ( Mus musculus ) y del arrui (Ammotragus lervia, un rumiante africano introducido para la caza mayor en el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente)

Fauna de La Palma

Los reptiles de La Palma están representados por dos especies, ambas endémicas de Canarias, un perenquén (Tarentola delalandii) y un lagarto (Gallotia galloti).
La avifauna de la isla de La Palma está compuesta por unas 43 especies nidificantes, lo que constituye un 49,4 % de las aves presentes en el archipiélago canario, estimadas aproximadamente en unas 87 especies. En la isla encontramos la Paloma Turqué y la Paloma Rabiche como especies endémicas. Además, se han detectado al menos unas 85 especies de aves migrantes que llegan a la isla en su mayor parte de forma accidental, desviadas de su ruta de migración habitual.
Otra de las aves más características de la isla de La Palma, es la Chova Piquirroja o Graja. Son aves gregarias y forman grupos de hasta 500 individuos, sobre todo durante el período de alimentación, en los dormideros y en las colonias de cría. Ocupa todos los hábitats; se distribuye desde la costa hasta la alta montaña y es frecuente observarla en el Roque de los Muchachos a 2.426 metros s.n.m. El otro ejemplo de córvido presente en la isla es el Cuervo.
A pesar de que las especies hasta ahora descritas son las más conocidas, existen otras cuya presencia en la isla es muy importante e interesante. La Pardela Pichoneta, ave marina, el Halcón de Berbería, una rapaz, el Alcaraván, el Triguero o el Gorrión Chillón, el Cernícalo Vulgar, el Gavilán y el Ratonero Común y el Búho Chico, la única rapaz nocturna nidificante en La Palma.
Dentro del grupo de las aves marinas está la Pardela Cenicienta, el Petrel de Bulwer o la Pardela Pichoneta, con la probabilidad de que también nidifique la Pardela Chica, la Gaviota Patiamarilla, el Charrán Común y el Charrán Rosado.
Las aves canoras y de pequeño tamaño se encuentran ampliamente distribuidas en la isla. Probablemente uno de los pájaros más abundantes en La Palma sea el Mosquitero Común u Hornero, llamado así por que su nido se asemeja a un horno de leña. También está el Reyezuelo Sencillo, característico de zonas boscosas de pinar y, en menor medida, laurisilva, la Curruca Cabecinegra, la Curruca Tomillera y la Curruca Capirotada, el Mirlo Común, el Canario, el Bisbita Caminero y el Vencejo Unicolor, estos últimos sendos endemismos a nivel macaronésico.
El último grupo de animales que forman la fauna de la isla son los mamíferos. De los que han sobrevivido hasta la actualidad, los murciélagos son los únicos mamíferos autóctonos que podemos observar en la isla. Éstos son: el Orejudo Canario, el Murciélago Rabudo, el Nóctulo Pequeño, el Murciélago de Madeira y el Murciélago Montañero. Con respecto al Murciélago de Bosque.
Por último, existen dos especies de anfibios en Palma, la Ranita Meridional y la Rana Común, pero se trata de especies introducidas en la isla.

Fauna de La Palma

FAUNA

Los invertebrados, aunque el número actual de especies es desconocido, podrían superar las 800 especies. El insecto más importante en esta isla es el saltamontes áptero, catalogado en peligro de extinción.
Al igual que en el conjunto del archipiélago, los insectos que presentan un mayor número de especies son los escarabajos, algunos muy conocidos como la Mariquita, la Carcoma, el Longicornio, todos endémicos de Canarias. Otros, en cambio, poseen una distribución más amplia como son los casos del Escarabajo Rinoceronte o el Escorpión. Algunos endemismos palmeros, dentro del grupo de coleópteros, son especies como Licinopsis angustula angustula, Olisthopus palmensis, Lycoperdina sanchezi y Domene benehoavensis.
Otro grupo de insectos muy conocido es el de las mariposas. Las polillas más fácilmente identificables son la Mariposa de la Muerte y la Mariposa Colibrí. Dentro de las especies de mariposas diurnas que podemos observar en la isla destacan, por su colorido y vistosidad, la Mariposa de las Coles, las Monarcas, las Vanesas y especies endémicas de Canarias como Gonopterix cleobule y Pararge xiphioides.
El estudio de las cavidades volcánicas en la isla ha supuesto el descubrimiento de un ecosistema poco conocido en el que aparecen continuamente numerosas especies nuevas para la ciencia. La adaptación de la fauna a un medio tan particular, en el que prevalece la ausencia total de luz, le confiere a las especies que en él se desarrollan unas características muy particulares. Alguna de estas especies, todas ellas invertebradas y endémicas de La Palma son: Collartida tanausu, una Tijereta, y escarabajos como el carábido y el gorgojo.
Menos conocido es el mundo de los invertebrados no artrópodos en los que podemos incluir a los protozoos, nemátodos y lombrices de tierra: Insulivitrina latebasis, Helix pavida, Napaeus boucheti, Plutonia n. subgen. y Plutonia solemi.

domingo, 24 de abril de 2011






Flora de La Palma.

FLORA.
La flora de la isla de La Palma, es decir, el conjunto de las distintas especies que pueden hallarse espontaneas o subespontáneas en la isla, se halla integrado por 774 plantas diferentes. Algunas especies no podemos asegurar, si existían o no en la isla antes de la llegada de los auaritas y, sobre todo, antes de la Conquista, ya que, posiblemente, las especies introducidas, accidentalmente o no, por los aborígenes, fueran pocas.
Las 774 especies antes aludidas vienen a representar un 40% de las plantas citadas para Canarias hasta fechas actuales. Este porcentaje cambia con frecuencia.


                                         


Flora de La Palma.

RETAMARES.
Esta especie se halla en otras comunidades, bien en situaciones ecotónicas con la tabaiba o, con baja presencia, en el cardonal. En la asociación es abundante la <<higuerilla>>.
En la zona noroccidental, la comunidad se halla prácticamente desaparecida ya que en toda su área potencial está ocupada por cultivos recientes o antiguos, que han desplazado la vegetación al borde del acantilado o a costas muy altas.
El tono verde grisáceo que domina en el área ocupada por la asociación viene dado por la cobertura de la especie dominante. Dicha coloración contrasta profundamente con la que posee, en plena floración, la <<retama>>, al cubrirse de numerosas flores blancas, ofreciendo un aspecto semejante al del retamar de las Cañadas del Teide.

BOSQUES TERMÓFILOS (Sabinares)
Una de las peculiaridades más interesantes de la distribución de la vegetación en la isla, consiste en que aún conserva notables testimonios de las comunidades de transición entre la laurisilva y los cardonales, los cuales son de gran interés para el estudio de la fitogeografía canaria. Tales comunidades han sido, por lo general, completamente arrasada en casi todas las islas. De forma que solo se pueden ver restos aislados y fragmentados, en las zonas más inaccesibles de la isla o menos aptas para el cultivo.
Estos bosques ecotónicos se sitúan a distintas alturas según las orientaciones, y pueden agruparse, por su composición florística y sus condiciones ecológicas, en un nuevo orden fitosociológico.




PISO MONTANO HÚMEDO: Laurisilva y fayal brezal.
La parte norte de esta zona Sur, en contacto con la zona septentrional, es asimismo más antigua, por lo cual, existieron etapas de fayal-brezal muy evolucionadas, con diversas especies propias de laurisilva tales como Geranium canariense, etc. Próximas a una auténtica comunidad de laurisilva con <<laureles>> y <<viñátigos>> en su estrato arbóreo.
Por otra parte, los montes de fayal-brezal de El Paso, constituyen una de las curiosidades mayores, respecto a la distribución de la vegetación de Pruno-Lauretea en las Islas Canarias, semejante a lo que ocurre en la Cordillera de Anaga (Tenerife).
Se trata de la existencia de un extenso fayal-brezal, bien desarrollado, en vertiente occidental. Las frecuentes <<cascadas de nubes>> que descienden desde la Cumbre Nueva, hacia El Paso son los responsables del desarrollo y permanencia de esta masa forestal, extendida hacia el cono volcánico de Tacande.

TABAIBALES.
De las 20 características señaladas por Sunding para la alianza, tan solo seis están presentes en La Palma.
La comunidad palmera resulta muy pobre en número de especies, que varían entre 5 y 18 por inventario, siendo, asimismo, escasas las especies diferenciales frente a los tabaibales de Gran Canaria o Tenerife. En los matorrales del piso basal, de la isla en estudio, destacan por su frecuencia el <<arrebol>> o <<tajinaste>>, <<margarita>> y el <<cardoncillo>>.





CARDONALES
Los cardonales destacan en todo el paisaje canario por la alta presencia del <<cardón>>, de suculento aspecto cereiforme, con altos tallos cuadrangulares  afilos que se observan a granes distancias por sus tonos verdes o amarillentos.
El tabaibal corresponde en buena parte a comunidades seriales del cardonal, bien por regresión o evolución hacia él. Sin embargo el cardonal típico toma individualidad propia en la sucesión catenal, tanto en la zona meridional  como septentrional pero prefiriendo siempre las orientaciones mas húmedas dentro del ambiente costero.

PISO MONTANO HÚMEDO: FAYAL-BREZAL Y LAURISILVA.
La vegetación del piso montano húmedo ocupa una gran distribución, debido a la especial configuración orográfica insular, que ofrece una extensa superficie de <<choque>>a la dirección dominante de los alisios. Junto a esta condición, existe un relieve irregular, con numerosos barrancos en los que las formaciones arbóreas  manifiestan un notable desarrollo, extendiéndose a través de ellos en sus comunidades más termófilas, hasta pocos metros sobre el nivel del mar.
Parte de esta vegetación aun se conserva en la actualidad a pesar de las talas que han destruido completamente una gran superficie de la masa arbórea de la isla, ya que además de suministrar madera, hojarasca y ramas a la población campesina insular.
Por la antigüedad de la zona, que lleva consigo una profunda alteración de la roca madre y por tanto la posibilidad de formación de suelos más o menos desarrollados, existiendo una neta separación con los bosques más modernos y subclimáticos de la región meridional (Mazo y Breña Baja). Estos se hallan sometidos, por otra parte, a un  aprovechamiento tan intensivo que toda posibilidad de seguir evolucionando hacia la clímax ha quedado detenida hace cientos de años. 

jueves, 21 de abril de 2011

Fauna de la Caldera de Taburiente

La mayor parte de vertebrados presentes en La Caldera son aves, entre las que podemos destacar la emblemática chova piquirroja o graja . Este córvido juguetón y dado a los acrobacias desapareció del resto de Canarias y su única población en las islas es la conservada en La Palma. En La Caldera, a las grajas podemos sumar las subespecies palmeras de pinzones y herrerillos y una parte importante de la escasa colonia de cuervos palmeros, además de ratoneros, gavilanes, petirrojos, bisbitas, mirlos o vencejos.
Los mamíferos son algo más escasos, aunque se conservan tres especies de murciélagos de gran interés. El arruí (Ammotragus lervia) es un rumiante originario de la cordillera africana del Atlas, que fue introducido en 1972. Sus efectos nocivos sobre la flora endémica ha motivado el establecimiento de campañas de control de su población y el propósito de erradicarlo de los límites del Parque Nacional.
Capítulo aparte merecen los más de 500 invertebrados que han sido identificados entre sus límites. Una parte importante de los mismos son endemismos canarios, pero se trata de un patrimonio biológico insuficientemente estudiado y del que sin duda desconocemos la mayor parte de sus secretos.



jueves, 14 de abril de 2011

Piso montano húmedo

PISO MONTANO HUMEDO 2º
Florísticamente, la composición de las comunidades de laurisilva en La Palma, no ofrece grandes diferencias al resto de las islas, quizás debido al carácter ancestral de tale formaciones arbóreas y las condiciones más o menos homogéneas que han influido en todos ellos.
La presencia de endemismos diferenciales ligadas directamente a la laurisilva son escasos y tan solo en Gran Canaria, parecen mostrar una diferencia apresiable.
Tan solo en La Palma Echium pininana, tajinaste conocido como <<pininana>>, exclusivo en los montes de Puntallana, San Andrés y Sauces y Barlovento, pueden considerarse como especies diferenciales.
Plantas introducidas muy agresivas en todo piso montano húmedo, son las dos grandes especies de la isla y que, al igual que ha sido señalados para otras especies, son nefastas en la recuperación de los bosques Pruno- Lauretea.
Posiblemente sea la asociación de mayor distribución de la isla, después  de los pinares, ocupando gran parte de los montes de Breña Alta, Puntallana, San Andrés y Sauces, Garafía y Barlovento. En la mayoría de ellos se encuentra relegadas a las laderas de los barrancos y a las zonas de menor inclinación no desforestadas o en sus primeras etapas de degradación.
Los fondos de los barrancos, más sombríos y, con mayor humedad edáfica se hallan ocupados, en general, por comunidad de tilos o de viñátigos muy desarrolladas en algunos de estos profundos causes. Los barrancos de agua (Los Tilos y La Galga) constituyen los ejemplos más expresivos de un estrato arbóreo que alcanza 20-30 metros y un estrato arbustivo pobrísimo que queda sustituido por el tapiz de helechos de gran cobertura.

jueves, 7 de abril de 2011

Piso montano seco

PISO MONTANO SECO: PINARES

El piso montano seco se halla ocupado en su totalidad por comunidades de Cytiso-Pinetea canariensis, incluyendo, en La Palma, los dominios climáticos del Loto hillebrandii-Pinetum canariensis. Estas comunidades son tan bien desarrolladas, con diferencias apreciables a otros tipos de vegetación.
En la sucesión catenal correspondiente a las exposiciones norte y noreste, los límites entre piso montano seco y húmedo viene dado por las formaciones arbustivas de fayal-brezal, más o menos ricas en especies de laurisilva, de acuerdo a la altura en la que se hallen. La zona de contacto al noroeste queda determinada climatológicamente por una brusca interrupción de la influencia de los alisios, pudiendo notarse una variación en la vegetación, al ir de norte a noroeste.
Los límites entre los pisos montanos húmedos y secos de la zona meridional oriental, presentan características semejantes a las del noreste, acompañando a las manifestaciones del fayal-brezal, el matorral de <<codeso>> al desplazarnos hacia el sur.
En la repartición del pinar, se presenta una pequeña anomalía en el sector comprendido sobre S/C de La Palma y Puntallana, que corresponde a una zona parcialmente a resguardo de la acción del alisios. Ello permite el mayor desarrollo del pinar frente a la laurisilva, o el establecimiento de comunidades mixtas que descienden hasta pocos metros sobre el nivel del mar. Las situaciones mas favorecidas de esta parte de la isla, en cuanto a humedad, bien se trate de los fondos de estos barrancos o las laderas orientadas al noreste y norte, se hallan ocupadas por comunidades de Pruno-Lauretea.
La disposición encajada del pinar y el fayal-brezal, en las orientaciones norte y noreste, es semejante a las que se presenta en los montes del Paso, correspondientes a la Cumbre Nueva. Las partes más soleadas de crestas, son ocupadas por el pinar y los barranquillos, más frescos y sombríos, afectados por las masas nubosas de condensación. Esto se halla poblados por formaciones arbustivas de fayal-brezal con elementos de laurisilva.
El pinar ocupa en la isla la mayor parte arbolada, a pesar de la regresión a que ha estado sometido, sobre todo en la vertiente noroeste (parte de Garafía, Puntagorda y Tijarafe). Ello es debido a los frecuentes aprovechamientos forestales y, en mayor medida, para la preparación de mayores terrenos de cultivo. Todos ellos en dominios potenciales de pinar.