Fauna y Flora

domingo, 24 de abril de 2011

Flora de La Palma.

RETAMARES.
Esta especie se halla en otras comunidades, bien en situaciones ecotónicas con la tabaiba o, con baja presencia, en el cardonal. En la asociación es abundante la <<higuerilla>>.
En la zona noroccidental, la comunidad se halla prácticamente desaparecida ya que en toda su área potencial está ocupada por cultivos recientes o antiguos, que han desplazado la vegetación al borde del acantilado o a costas muy altas.
El tono verde grisáceo que domina en el área ocupada por la asociación viene dado por la cobertura de la especie dominante. Dicha coloración contrasta profundamente con la que posee, en plena floración, la <<retama>>, al cubrirse de numerosas flores blancas, ofreciendo un aspecto semejante al del retamar de las Cañadas del Teide.

BOSQUES TERMÓFILOS (Sabinares)
Una de las peculiaridades más interesantes de la distribución de la vegetación en la isla, consiste en que aún conserva notables testimonios de las comunidades de transición entre la laurisilva y los cardonales, los cuales son de gran interés para el estudio de la fitogeografía canaria. Tales comunidades han sido, por lo general, completamente arrasada en casi todas las islas. De forma que solo se pueden ver restos aislados y fragmentados, en las zonas más inaccesibles de la isla o menos aptas para el cultivo.
Estos bosques ecotónicos se sitúan a distintas alturas según las orientaciones, y pueden agruparse, por su composición florística y sus condiciones ecológicas, en un nuevo orden fitosociológico.




PISO MONTANO HÚMEDO: Laurisilva y fayal brezal.
La parte norte de esta zona Sur, en contacto con la zona septentrional, es asimismo más antigua, por lo cual, existieron etapas de fayal-brezal muy evolucionadas, con diversas especies propias de laurisilva tales como Geranium canariense, etc. Próximas a una auténtica comunidad de laurisilva con <<laureles>> y <<viñátigos>> en su estrato arbóreo.
Por otra parte, los montes de fayal-brezal de El Paso, constituyen una de las curiosidades mayores, respecto a la distribución de la vegetación de Pruno-Lauretea en las Islas Canarias, semejante a lo que ocurre en la Cordillera de Anaga (Tenerife).
Se trata de la existencia de un extenso fayal-brezal, bien desarrollado, en vertiente occidental. Las frecuentes <<cascadas de nubes>> que descienden desde la Cumbre Nueva, hacia El Paso son los responsables del desarrollo y permanencia de esta masa forestal, extendida hacia el cono volcánico de Tacande.

TABAIBALES.
De las 20 características señaladas por Sunding para la alianza, tan solo seis están presentes en La Palma.
La comunidad palmera resulta muy pobre en número de especies, que varían entre 5 y 18 por inventario, siendo, asimismo, escasas las especies diferenciales frente a los tabaibales de Gran Canaria o Tenerife. En los matorrales del piso basal, de la isla en estudio, destacan por su frecuencia el <<arrebol>> o <<tajinaste>>, <<margarita>> y el <<cardoncillo>>.





CARDONALES
Los cardonales destacan en todo el paisaje canario por la alta presencia del <<cardón>>, de suculento aspecto cereiforme, con altos tallos cuadrangulares  afilos que se observan a granes distancias por sus tonos verdes o amarillentos.
El tabaibal corresponde en buena parte a comunidades seriales del cardonal, bien por regresión o evolución hacia él. Sin embargo el cardonal típico toma individualidad propia en la sucesión catenal, tanto en la zona meridional  como septentrional pero prefiriendo siempre las orientaciones mas húmedas dentro del ambiente costero.

PISO MONTANO HÚMEDO: FAYAL-BREZAL Y LAURISILVA.
La vegetación del piso montano húmedo ocupa una gran distribución, debido a la especial configuración orográfica insular, que ofrece una extensa superficie de <<choque>>a la dirección dominante de los alisios. Junto a esta condición, existe un relieve irregular, con numerosos barrancos en los que las formaciones arbóreas  manifiestan un notable desarrollo, extendiéndose a través de ellos en sus comunidades más termófilas, hasta pocos metros sobre el nivel del mar.
Parte de esta vegetación aun se conserva en la actualidad a pesar de las talas que han destruido completamente una gran superficie de la masa arbórea de la isla, ya que además de suministrar madera, hojarasca y ramas a la población campesina insular.
Por la antigüedad de la zona, que lleva consigo una profunda alteración de la roca madre y por tanto la posibilidad de formación de suelos más o menos desarrollados, existiendo una neta separación con los bosques más modernos y subclimáticos de la región meridional (Mazo y Breña Baja). Estos se hallan sometidos, por otra parte, a un  aprovechamiento tan intensivo que toda posibilidad de seguir evolucionando hacia la clímax ha quedado detenida hace cientos de años. 

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