En cuanto a los peces de esqueleto cartilaginoso, empezaremos por nombrar al chucho negro (Taeniura grabata). De aspecto similar a un lenguado, aunque mucho mayor, pasa la mayor parte del tiempo enterrado en fondos de arena y fango. A pesar de su aspecto imponente, se trata de un animal sedentario, independiente y pacífico, que se alimenta exclusivamente de peces, crustáceos o mariscos. Tiene que verse muy acosado para hacer uso del aguijón venenoso en el que termina su cola. También cartilaginoso es el cazón (Mustelus mustelus) único tiburón presente en Canarias. A pesar de su amenazante silueta, resulta inofensivo para los humanos y se alimenta preferentemente de peces, cangrejos y moluscos.
Para terminar, seguimos en el terreno de los predadores con el afiladísimo pez trompeta (Aulostomus strigosus), que puede llegar a medir un metro y caza pequeños pececillos por succión. Resulta fácil de imaginar que, con semejante forma, se ha especializado en vivir entre las grietas, donde espera emboscado una oportunidad para atacar. Es un pez muy asustadizo, que tiende a parapetarse en cuevas o a buscar la protección de nuestro siguiente protagonista. Y por fin el emperador de los mares canarios, la pieza más codiciada por los pescadores: El mero (Epinephelus marginatus) puede llegar a alcanzar el metro y medio de largo y sobrepasa con facilidad los 20 kilos de peso. Además de por su gran valor culinario, destaca por su comportamiento territorial, solitario y sedentario. Desafortunadamente, la sobrepesca ha llevado a este magnífico animal al borde de la extinción en Canarias.
Fuera ya del reino de los peces, no podemos cerrar este capítulo sin mencionar a la entrañable tortuga boba (Caretta caretta). Es la visitante más frecuente de La Palma en su género, aunque sólo recala en nuestras costas de paso hacia sus lugares de desova en Cabo Verde. Se distingue por los cinco escudos dorsales de su caparazón, de tono marrón-anaranjado. Aunque su dieta varía según el tamaño, en general es un animal carnívoro, que utiliza sus fuertes mandíbulas para atrapar moluscos, cangrejos, peces y medusas. El Lugar de Interés Comunitario (LIC) de Fuencaliente obtuvo su declaración por su interés para la conservación de la tortuga boba, así como del mamífero con el que cerramos nuestro capítulo dedicado a la fauna marina. Naturalmente estamos hablando del delfín mular (Tursuips Tursiups). Juguetón y de hábitos costeros, mide alrededor de tres metros y medio y no es infrecuente encontrárselo al realizar actividades acuáticas.
Fuera ya del reino de los peces, no podemos cerrar este capítulo sin mencionar a la entrañable tortuga boba (Caretta caretta). Es la visitante más frecuente de La Palma en su género, aunque sólo recala en nuestras costas de paso hacia sus lugares de desova en Cabo Verde. Se distingue por los cinco escudos dorsales de su caparazón, de tono marrón-anaranjado. Aunque su dieta varía según el tamaño, en general es un animal carnívoro, que utiliza sus fuertes mandíbulas para atrapar moluscos, cangrejos, peces y medusas. El Lugar de Interés Comunitario (LIC) de Fuencaliente obtuvo su declaración por su interés para la conservación de la tortuga boba, así como del mamífero con el que cerramos nuestro capítulo dedicado a la fauna marina. Naturalmente estamos hablando del delfín mular (Tursuips Tursiups). Juguetón y de hábitos costeros, mide alrededor de tres metros y medio y no es infrecuente encontrárselo al realizar actividades acuáticas.
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